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¿Autónomo o Sociedad Limitada?

Esta es la pregunta que nos hacen muchos emprendedores a la hora de iniciar un negocio o bien el propio autónomo cuando lleva ya varios años con su actividad y va obteniendo cada vez mayores beneficios.

Sin duda es fundamental saber qué forma jurídica te conviene más, ya que de lo contrario puedes estar pagando impuestos y gastos de forma innecesaria.

Por ello a lo largo de este artículo analizaremos los principales factores, beneficios y desventajas de elegir entre ser autónomo o ser Sociedad.

En primer lugar, debemos advertir que no hay criterio fijo ni formula matemática para determinar con exactitud el tipo de forma más adecuado para tu negocio, ya que depende de una serie de factores económicos, personales y organizativos. Sin embargo, sí existen ciertos factores que te pueden ayudar a la hora de elegir el tipo social que mejor se adapta a tus necesidades.

En la actualidad la creación de la SL se ha visto algo favorecida debido a la no exigencia del requisito de capital mínimo de 3.000 euros en una SL y la expansión de la tarifa plana a los autónomos societarios. Los factores más importantes a tener en cuenta son:

1.-Responsabilidad. Una de las desventajas más importantes del autónomo es su responsabilidad ilimitada de las deudas frente a terceros, ya que responde con su patrimonio personal. Por el contrario, la SL como su propio nombre indica es de responsabilidad limitada y por tanto únicamente responde con el patrimonio existente en la sociedad.

2.-Constitución de la empresa. Los trámites y los costes de constitución de una SL son más largos y costosos que los de un autónomo. Por ejemplo podrías darte alta como autónomo en el mismo día mientras que para una sociedad necesitas de un proceso que puede tardar entre unos 5 y 25 días. Por lo tanto, constituir una SL implica costes de Notaría y del Registro Mercantil que el autónomo no tiene.

3.-Trámites administrativos y Costes de gestión. El coste de gestoría/asesoría es bastante más alto en el caso de la SL, debido a que la gestión de la contabilidad es bastante más compleja. Además, el autónomo permite, durante el primer año, la aplicación de la tarifa plana de 80 euros/mensuales. Los autónomos societarios también pueden solicitar tarifa plana (de unos 85 euros durante el primer año).

4.-Impuestos. Es uno de los principales factores a tener en cuenta. Elegir entre una forma jurídica u otra puede suponerte un importante ahorro fiscal.

El autónomo paga por el IRPF (Impuesto de la Renta de las Personas Físicas). Este impuesto es progresivo, lo que significa que cuántos más beneficios tenga el autónomo, mayor será su tipo impositivo y más tendrá que pagar a Hacienda. Por lo general, los tramos oscilan entre un 19% y un 47% de los rendimientos netos.

Por el contrario, en el caso del Impuesto de Sociedades se paga un tipo fijo, el 23%.

En el caso de SL si como socio queremos disponer de todo el beneficio, habrá que tributar adicionalmente por el sueldo cobrado o por los dividendos repartidos, por lo que es posible que dependiendo de la cantidad puede ser la carga fiscal incluso mayor que la del autónomo.

5.-Aportación económica inicial. El autónomo no tiene que aportar un capital social mínimo. Para constituir una SL se exige aportar un capital social mínimo de 1 euro. Este capital social hay que depositarlo en el banco.

Si quieres contar con un asesor que te ayude a decidir que forma jurídica es la más beneficiosa para tu negocio, contacta con nosotros.


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